Una lección de gimnasia

Sentado en estática postura y la mente en blanco, comenzaba la rutinaria gimnasia...
Cada hueso en su lugar, recibía su dosis de movimiento , que era para el hombre más tormento que placer...
Pero había que engrasar el esqueleto y costaba lo suyo ponerlo a cien...
La mente, era difícil de dominar, pues los sueños llegaban al azar instalándose en el profundo rincón de ese hombre que, iniciaba el viaje hacia la esfera de una laxitud largo tiempo soñada, para hallar en ella la gran plenitud...
Tras la ventana, una estrella parpadeaba indecisa y al hombre, de la postura estática, le asomaba una sonrisa...
La sobriedad no cuadraba con la rigidez que, de tan buscada no podía hacer esa gimnasia que tanto necesitaba...
En la existencia humana  no hay una postura necesariamente única...
Cada uno se adapta a lo que le viene...
Hay posturas naturales, poses teatrales, posturas de imitación...
Cada postura se adapta a nosotros como un guante...

El vacío de la nada

Si nada te llena, si nada te puede llenar, si el vacío te persigue, acepta estar suspendido en esa especie de cosmos que tú mismo creastes...
El vacío es un lugar, de azul desvaído, es tuyo nada más, aunque a tu alrededor la palpitante vida vaya en busca del amor, la belleza y la dicha...
Tú te sientes anclado en un silente paisaje, imaginando...
Tú buscas, es verdad, cada día hallar con que llenar la vida, buscas sin cesar, una mano amiga, donde poderte asir, deseas escuchar una voz, que tu nombre repita...
Para salir del vacío hay que aprender a volar y saber que nuestras alas lejos nos pueden llevar...
Vuela, no te canses...

No somos nada

Cómodamente sentados en el avión, contemplamos el ancho cielo...
Un cúmulo de nubes nos impiden ver el paisaje empequeñecido: con sus pueblos y ciudades, sus casas dispersas, ríos ondulantes, caminos y carreteras...
Uno se siente desorientado y confuso...
Desde las alturas, el hombre es, un simple punto apenas destacable...
A bordo de un avión es cuando se toma conciencia de que: en verdad, no somos nada...

La ilusión

La ilusión es un espejismo rodeado de bruma...
Sentirse atraído por alguna ilusión es ya, esperar la llegada de muchos de nuestros sueños...
La ilusión forma parte de la vida del hombre. Ella es la que da ese toque mágico , sobre todo en la rutina diaria...
Los niños viven sumergidos en el mar de la ilusión, en los descubrimientos del mundo que les rodea, sueñan sin cesar...
Los adultos lo hemos descubierto todo, nada puede sorprendernos y pocas cosas nos dan la magia absoluta de la ilusión...
Siempre habremos de buscar la causa de una ilusión perdida...
Será bueno comenzar hacernos interrogantes sobre nuestros desencantos...
Siempre nos queda esperar a que la ilusión llame a nuestra puerta...

El aroma de la vida

Guardaste el perfume de su esencia  y pasado el tiempo, decidiste abrir el frasco...
Su aroma se quedó en los dedos de tus manos y evocaste aquel ayer , que los años no han borrado...
Ese aroma personal de flores y prados, de comida recién hecha, de niños recién bañados...
Lo has guardado en ese frasco y aunque pasen mil años, ese aroma quedará intacto entre tus manos...

El circo

De pueblo en pueblo, de ciudad en ciudad, el circo va dejando tras de si la sonrisa y la ilusión...
Los hombres somos, de alguna manera un circo ambulante..Nos movemos por impulsos, viajamos constantemente...Sabemos hacer malabarismos, payasadas, acrobacias...
Vamos siempre de camino con nuestro circo personal y no siempre dejamos tras nosotros la sonrisa y la ilusión...
Somos nómadas por naturaleza, actores consumados, más, no sabemos domar a las fieras que nos rodean...
El circo de la vida es tan variado  como los decorados por donde transcurre nuestra vida...
A nuestro alrededor se mueven seres humanos que lloran, mientras otros ríen...Se nos hace difícil encontrar alguien capaz de compartir nuestras ideas....Mientras unos ansían la paz, otros planean la guerra...
En el circo de la vida será difícil domar a los leones y demás animales salvajes...